Estamos sumergidos en una consciencia colectiva de la que tampoco somos muy conscientes de formar parte. La percepción de logro, nuestros ídolos y aquellas acciones o comportamientos que socialmente acordamos como dignas, reprochables, políticamente correctas o “educadas”, son de alguna manera, reglas no escritas pero que todo el mundo acepta sin pensar demasiado en qué tipo de actitudes estamos fomentando, aplaudiendo o directamente discriminando.
En España, la cultura del deporte pasa por encima de cualquier otra actividad lúdica o recreativa.
