Cuando hablamos de deportes, hablamos de disciplinas concretas y las estructuras que las sustentan: clubes, federaciones, socios, patrocinadores, mutuas, etc. A día de hoy (2023) estas estructuras se han vuelto tan complejas que los deportistas se convierten en “clientes” disfrazados de protagonistas principales, pero los beneficios reales nunca serán para ellos.
El problema real de la salud y la actividad física en nuestro tiempo va en aumento, y todas las disciplinas tienen muchos practicantes, pero una gran parte de ellos no continúan con una práctica regular sin esta adhesión al deporte y una vez abandonada la estructura, es difícil mantener una práctica suficiente para atender a nuestras necesidades.
Tampoco los deportes son la mejor forma de atender a las necesidades del cuerpo, de hecho, es todo lo contrario. Demanda más recursos de los realmente necesarios para nuestro desarrollo ideal. Los deportistas tienen una “vida laboral” corta y sus carreras suelen terminar con lesiones que los apartan anticipadamente, muchas veces con secuelas que afectarán el resto de su vida, condicionando su motricidad.
Es más fácil decir que los deportes son “poco recomendables” para nuestra salud, que decir, que somos nosotros los que los utilizamos de una forma irresponsable e infantil.
Somos los usuarios de cada deporte los que nos transformamos de alguna forma en sus embajadores, y nuestra identificación habla por nosotros: somos runners, crosfiteros, yoguis, futboleros o futbolistas, somos aquello que deseemos y pagamos el precio más alto: nuestra propia identidad. En lugar de utilizar a los deportes para desarrollarnos personalmente (como todo empieza) son, de alguna forma, los deportes los que nos usan para cumplir sus objetivos de fichas federativas y consumidores/espectadores. Somos conscientes que Rafa Nadal ha hecho más grande al Tenis, que el Tenis lo ha hecho por Rafa Nadal? Puede ser que el Tenis (entrenadores, patrocinadores, directores de eventos, etc) entienda que Rafa Nadal debe estar sano básicamente para seguir compitiendo y que su estado personal tampoco es relevante? Quien de los agentes deportivos puede recomendar a Nadal a sus 30 años que empiece a entrenar su cuerpo de otra forma antes de verse obligado a abandonar prematuramente? El hecho es que en 5 años Rafa Nadal será parte de la memoria de mucha gente, pero pronto empezaremos a idolatrar a otro tenista que será la referencia de la época siguiente. Así ha sido con varias generaciones y así seguirá siendo. A rey muerto, rey puesto.
Los deportes son neutros, nuestro fanatismo lo corrompe.
Cuando nos dejamos llevar por la masa.
Los deportes se transforman en religiones. Tienen sus ídolos, tienen sus templos, sus rituales, tienen su jerga, su cultura propia, su alimentación…son sectas con una túnica de decathlon y todos compramos sus mensajes de salud, esfuerzo y superación. Nadie cuestiona que correr maratones tiene poco de salud desde el punto de vista músculo-esquelético ni metabólico, es un estrés excesivo. Sobre todo cuando uno entrena duro y constantemente para ello, su cuerpo se transforma para poder soportar tal exceso.
Y estas sectas son tan herméticas y especiales que ni los runners tienen relación directa con muchos trails, ni un velocista comparte una sola de las características de los que corren maratones, cuando todos se desplazan con sus piernas y simplemente corren. Cada uno de ellos tienen sus propios ídolos, templos, rituales y feligreses. Tampoco los jugadores de fútbol tienen ningún vínculo con los de balonmano, o los de waterpolo con los del baloncesto, cuando todos ellos son deportes de equipo y en muchos casos comparten instalaciones. Pero volvemos a apuntar que no es cuestión de que los deportes tengan relación entre ellos. Es nuestra relación con los deportes y nuestra sumisión total a la disciplina deportiva, invirtiendo nuestro tiempo, esfuerzo, dinero y forma de vida a una determinada disciplina…realmente no dista tanto del comportamiento sectario que a nuestra masa social rechina. Pero claro, el deporte es saludable y es barato. Podríamos poner porcentajes del nivel de abandono deportivo que se produce en las edades entre 12 y 18 años, que es masivo. Sólo los jóvenes federados en deportes mantienen un nivel de actividad física suficiente. También son muchos los que tienen problemas físicos y mentales debido a la competición.
Es un crimen consentido entre nuestra sociedad los abusos de menores en muchas de las disciplinas olímpìcas. En un futuro no muy lejano, veremos los entrenamientos de Gimnasia Rítmica, Deportiva, Crossfit o Atletismo, unas auténticas salvajadas aplicadas a los menores por la gloria de la patria y las aspiraciones frustradas de los padres. No podemos obviar el hecho de que muchos menores son educados desde pequeños con el balón, la montaña o la piscina, dependiendo del tipo de fanatismo de los padres.
Pero entonces, ¿qué hacemos sin los deportes?
Como hemos apuntado anteriormente, el deporte es neutro y es nuestra relación obsesiva y trastornada la que pueda ser nociva en muchos aspectos, pero hay una diferencia clara entre un futbolista y alguien que “juega al fútbol”, existe una clara diferencia entre los runners y la gente que sale a correr esporádica pero regularmente. La clave está en comprender el estímulo necesario ideal que necesita nuestro cuerpo. Porque ahora mismo los entrenamientos de fuerza se postulan como el básico para todas las personas, pero no deja de ser un suplemento para formas de vida sedentarias. Si nuestra forma de vida es rica en actividad física, juegos y deportes, rara semana deberemos suplementar con rutinas de ejercicios repetitivos para mantener la salud de nuestros tejidos y sistemas.
Estímulo necesario ideal: El súper Humano
¿Cuál sería un estímulo necesario ideal para nuestro cuerpo?
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