Mi hijo, desde pequeño, ha tenido dificultades motoras y sensoriales. Está diagnosticado con TDHA, signos de Asperger y ansiedad social. Es extremadamente tímido y apenas se comunicaba. Sufrió acoso escolar y encontró en el Parkour la única motivación de su vida. Encontré a David y su grupo de entrenamiento por casualidad. El cambio fue asombroso: mucho más alegre, con ganas de moverse y salir a relacionarse. Se siente seguro. Le gusta mucho el compañerismo y el ambiente, los retos de superación sin rivalidad. Gracias a esta actividad, ha mejorado más que en todos los años de gabinetes psicológicos.